Estamos en una era decisiva por la constante y veloz evolución tecnológica, donde la modernización se ha convertido en un imperativo para las organizaciones que buscan no solo sobrevivir, sino también crecer. La tecnología actúa como un catalizador esencial en la aceleración de la entrega de valor a los negocios, en especial la modernización de aplicaciones.

Toma especial relevancia conocer cómo la transformación tecnológica es indispensable para mantenerse a la vanguardia en un mercado en constante cambio. La adaptabilidad se ha vuelto una necesidad sin precedentes frente a desafíos como las regulaciones en desarrollo de mano de distintas instituciones, avances tecnológicos, y la integración de nuevas necesidades y fusiones empresariales.

Avances de mano de la tecnología

En la actualidad, es casi impensable imaginar desarrollar procesos de negocio críticos sin el respaldo de sistemas de software. Las aplicaciones se han convertido en un activo fundamental para las empresas y en un recurso que debe mantenerse y evolucionar constantemente para asegurar un óptimo desempeño. Esto nos obliga a apoyar y seguir innovando en estos procesos de negocio para mantenernos competitivos en el sector.

La evolución tecnológica de una organización debe estar alineada con las necesidades cambiantes del negocio. Y es que ya no basta con innovar una vez. La empresa debe mantener el ritmo y nivel de actualización para evitar un desfase entre la velocidad de evolución de los departamentos de negocio y la capacidad de respuesta del departamento de IT.

El desafío radica en incorporar de forma efectiva los avances tecnológicos en la operativa empresarial, manteniendo el equilibrio entre la agilidad del negocio y la capacidad tecnológica.

Ver Webinar

Muchas veces encontramos que el negocio quiere ir más rápido de lo que los departamentos de IT se pueden permitir porque necesitan modernizar y encontrar la forma de acelerar, de ser más ágiles en esa entrega de valor. Se trata de cómo las aplicaciones entregan valor al negocio. Las aplicaciones no tienen sentido sin el negocio.

Las necesidades actuales han llevado a una tendencia emergente de descomponer proyectos grandes en componentes más pequeños y manejables, implementados progresivamente para satisfacer las necesidades del negocio de manera continua. Con esta fórmula, una organización eficiente puede ser capaz de desplegar nuevas funcionalidades, incluso varias veces al día, siguiendo el modelo operativo de gigantes tecnológicos como Facebook, Amazon, y Twitter.

El coste de no modernizar

Sin embargo, esto supone enfrentarnos a un desafío importante: Según Gartner, el 90% de las aplicaciones que estamos usando hoy en día, las vamos a seguir usando en 2025, y no van a recibir suficiente inversión para su actualización. La deuda técnica actual no solo no se reducirá, sino que terminará consumiendo la mayor parte del presupuesto de IT. Es decir, no invertir ahora en la modernización de aplicaciones supone un incremento en los costes, porque cada vez es más complicado actualizarlas.

La modernización de aplicaciones implica renovar la infraestructura, la arquitectura interna, y a menudo, las funcionalidades para cumplir con los requerimientos actuales. En Avanade, entendemos la modernización como un requisito estratégico impulsado por la agilidad, la optimización de costes, y la mejora de la experiencia del usuario.

La modernización no es una moda pasajera, sino una necesidad estratégica para las empresas que buscan prosperar en el dinámico entorno empresarial de hoy. A través de la modernización, las organizaciones pueden asegurar que sus aplicaciones y operaciones empresariales sean eficientes, ágiles y capaces de ofrecer una experiencia de usuario óptima.

Pilares de la modernización de aplicaciones

En Avanade, basamos la modernización de aplicaciones en cuatro pilares esenciales: arquitectura, agilidad, optimización de costes y mejora de la experiencia del usuario. Cada uno de estos aspectos es crítico en la transformación hacia una organización más ágil y eficiente.

• Arquitectura: Las aplicaciones antiguas, a menudo construidas como monolitos, dificultan la implementación de cambios sin afectar otras partes del sistema. Buscamos estrategias que permitan una evolución más ágil y adaptable a las demandas cambiantes.
• Devops & Agile: Las metodologías agiles se ajustan al paradigma de pequeñas y frecuentes modificaciones. Una cultura devops anticipa problemas en la configuración y los despliegues.
• Automatización: La automatización de las tareas repetitivas como compilación, despliegue y ejecución de pruebas es vital para conseguir la entrega de valor continua y acelerar el negocio.
• GenAI: La IA generativa provoca una disrupción en la forma en la que se desarrolla software. La capacidad de entender y generar código abre la puerta a una profunda revolución en la forma en la que desarrollamos aplicaciones.

Los principales beneficios de la modernización son:

• Agilidad: La capacidad de adaptarse y responder rápidamente a las demandas del negocio es primordial. La agilidad permite no solo mantener la competitividad sino también ofrecer valor continuo a los clientes y al negocio.
• Optimización de costes: La modernización ayuda a reducir la deuda técnica y los costes operativos asociados con el mantenimiento de sistemas antiguos. Una infraestructura moderna y eficiente puede significar una reducción significativa en los costes generales.
• Mejora de la experiencia del usuario: En un mundo digital, la experiencia del usuario es fundamental. Una aplicación modernizada no solo es más rápida y eficiente, sino que también puede ofrecer una interfaz más intuitiva y accesible.

En conclusión, la modernización de aplicaciones es un viaje necesario que las organizaciones deben emprender para asegurar su relevancia y competitividad en el mercado actual. En Avanade, estamos comprometidos en acompañar a las empresas en este proceso, proporcionando no solo la tecnología sino también la estrategia y el soporte necesarios para transformar sus operaciones y alcanzar el éxito en la era digital.